Ideario

De acuerdo a la Ley Nº 28094 - Ley de Partidos Políticos

En el decurso de la historia los individuos han vivido y viven en sociedades asentadas en territorios definidos; esta vida en común, el dominio de su medio ambiente y los intercambios que se han producido en estas relaciones son los elementos que han permitido que la humanidad evolucione desde la tecnología primitiva de la prehistoria hasta los avances de la civilización actual, desde las formas simples de gobierno del más fuerte hasta las modernas concepciones de los estados de hoy, desde los intercambios comerciales más sencillos hasta la complejidad de la economía global, entre otras manifestaciones de la cultura humana hasta los grados de desarrollo que conocemos hoy.

Esta relación entre individuos y sociedad no ha estado libre de conflictos que en muchos casos no han podido resolverse y que han determinado la desaparición de culturas, civilizaciones y grupos humanos enteros. Por el contrario, aquellas sociedades que sistemáticamente han logrado superar sus conflictos han alcanzado más altos niveles de desarrollo en beneficio de sus propias poblaciones.

Vivir en sociedad supone, en todos los casos, armonizar los intereses de los individuos con lo del conjunto, diferenciar funciones y roles, aceptar jefaturas, normar actividades, crear reglas que permitan solucionar las diferencias; es decir, organizar la institucionalidad política del grupo para permitir no sólo la supervivencia sino, sobre todo, el desarrollo y el bienestar común.


SOLIDARIDAD NACIONAL , constata que en el ámbito de la teoría y la organización política se reafirman conceptos como: reconocimiento al sufragio universal, obligatoriedad de la separación de poderes, imperio del estado de derecho y respeto irrestricto a los derechos humanos, que es necesario reafirmar como elementos esenciales de cualquier estructuración de las sociedades contemporáneas y que han adquirido la categoría de valores universales que tienen que servir de fundamento a cualquier desarrollo nacional.

En consecuencia, postulamos que el eje central de atención y protección es el ser humano: todos y cada uno de los individuos específicos que conforman nuestra sociedad, sea cual fuere su posición en ella. Esto implica, en forma simultánea, afirmar nuestra concepción inequívoca de la igualdad de todos los hombres sin distinción de causa o situación coyuntural.

SOLIDARIDAD NACIONAL reafirma el respeto a la libertad individual como fundamento de cualquier desarrollo social; en ese sentido el ejercicio del libre albedrío no puede ni debe estar supeditado a condicionante alguno de carácter ideológico, religioso, político, económico o cultural. Sin embargo, tiene que quedar entendido que el ejercicio de los derechos de uno termina allí donde comienzan los derechos de los demás, puesto que el objetivo final es lograr el pleno bienestar del individuo en armonía con el bienestar colectivo.

Teniendo como base los postulados de libertad e igualdad entre los individuos, rechazamos toda forma de dominación, marginación, discriminación y/o segregación sea cual fuere su causa o razón; más aún, proclamamos la necesidad de combatir en forma activa cualquiera de estas manifestaciones por atentar contra principios básicos del ser humano.


SOLIDARIDAD NACIONAL aspira a forjar una nueva cultura política capaz de construir una sociedad democrática con justicia social y resultados concretos que conlleven al desarrollo individual y colectivo combinando en forma dinámica el respeto a la libertad individual y a la diversidad de grupos con una organización solidaria para lograr satisfacer las demandas nacionales.


SOLIDARIDAD NACIONAL postula el ejercicio de la libertad económica y, por consiguiente, el derecho de los individuos a generar y disfrutar de la riqueza y de la propiedad privada, superando las barreras de acceso a la producción de bienes y servicios, garantizando un ejercicio racional de la competencia y evitando que las posiciones de dominio generen injusticias que afecten el interés colectivo. Sin embargo, el Estado debe cumplir una tarea indispensable impulsando las políticas nacionales y sectoriales de desarrollo para garantizar la satisfacción de las necesidades básicas de nuestra población y superar las condiciones de indigencia y desigualdad.

Postulamos que la democracia es el mejor sistema de gobierno siempre y cuando sea extendido, participativo y al servicio del hombre, que brinde al ciudadano capacidad efectiva de conocer y controlar todas las esferas del poder y la sociedad, como condición esencial para la plena vigencia del estado de derecho. Ello implica una nueva relación entre el poder democráticamente constituido, las organizaciones de la sociedad civil y los ciudadanos concretos, que trascienda el simple ejercicio periódico de actos de sufragio y busque una permanente y real participación ciudadana en todas las manifestaciones de la vida nacional.

SOLIDARIDAD NACIONAL rechaza toda acción de cualquier individuo que en detrimento del Estado, pretenda beneficiarse, a sí mismo o a terceros; sea éste perjuicio de carácter económico o moral, entendiendo que éste comportamiento reprobable y penado por la ley, sólo ha significado un constante retroceso para nuestras instituciones y las ha convertido en entes débiles y de accionar lento, de ninguna manera acordes con el avance vertiginoso de otras sociedades.


SOLIDARIDAD NACIONAL reafirma que el bienestar de unos no puede sustentarse en la infelicidad de otros y que, en consecuencia, no es tolerable la existencia de situaciones generalizadas de hambre y miseria; más aún, no es posible el desarrollo de la democracia donde predominen situaciones de pobreza y de desigualdad.

Entendemos que la solidaridad es una opción ética que enfatiza la auténtica preocupación de un individuo por las condiciones de vida de los demás, es la incapacidad de lograr satisfacción personal frente a la insatisfacción de las necesidades vitales de los otros, en su acepción cristiana es simplemente el amor al prójimo. En este sentido creemos que la iniciativa y acción individual puede y debe complementarse con acciones de solidaridad para lograr el bienestar común.

SOLIDARIDAD NACIONAL conciente del hecho que las nuevas sociedades, inmersas en el avance y aprovechamiento de nuevas tecnologías, están orientándose a la individualización postergando valores familiares, reafirma su plena convicción de la importancia de la familia, cuyas funciones formativas del individuo favorecen su desarrollo integral.

SOLIDARIDAD NACIONAL afirma que el Estado es el soberano del patrimonio natural de la nación y que todas las personas pueden acceder en forma individual o colectiva a su usufructo; en consecuencia, el Estado es el principal responsable de la defensa y conservación de ese patrimonio y garantiza que su uso no ponga en peligro su integridad, afecte nuestros derechos de soberanía o genere situaciones contrarias a los intereses comunes o al derecho de otras organizaciones o personas.

Es decir, el Estado es el garante de la conservación ambiental preservando la biodiversidad natural y asegurando las condiciones indispensables de su racional aprovechamiento en armonía con los intereses presentes y futuros de la nación.

SOLIDARIDAD NACIONAL propugna que, en el plano de las necesidades básicas de carácter social, es importante promover la participación privada en la prestación de servicios sociales, pero que el Estado tiene responsabilidades ineludibles en la generación de empleo, la educación, la salud y el cuidado de la calidad de vida.

El Estado tiene la obligación de defender el empleo existente y de promover la creación de nuevos puestos de trabajo productivo, única forma de asegurar el bienestar de nuestra población. El trabajo no sólo dignifica al hombre sino que es el instrumento para transformarlo en agente económico activo, con capacidad de producción, ahorro y consumo, en un escenario que erradique a la pobreza como parte del paisaje y que elimine a la dádiva como vehículo de envilecimiento y manipulación.

La sociedad del futuro será una sociedad basada en el conocimiento; por ello el acceso a la educación y la elevación del grado de formación de las personas es indispensable como un instrumento para incrementar el nivel cultural y eliminar las desigualdades sociales.

En consecuencia, sostenemos que todos los sectores sociales, actuando solidariamente, deben afrontar y superar estos problemas para construir una sociedad justa que sustente el desarrollo del país, erradique los gérmenes de violencia y destrucción que se nutren en las desigualdades sociales, propicien las condiciones que permitan lograr una auténtica integración de nuestra sociedad con pleno respeto de las diversidades culturales existentes y forjen la nación que anhelamos los peruanos.

Así como la democracia no puede ser separada de la plena vigencia del estado de derecho y del respeto de los derechos humanos, tampoco puede desligarse de la ejecución de los proyectos individuales y colectivos; es decir, postulamos la construcción de una democracia integral que no sólo es política sino también económica y social, dirigida a lograr el bienestar de todos los habitantes y pueblos, en procura de la satisfacción de sus necesidades vitales y de sus aspiraciones legítimas.

SOLIDARIDAD NACIONAL del mismo modo que asume todos los aportes universales considera, con igual atención, las lecciones de nuestra historia y las realidades concretas de nuestra población y territorio. Por ello sostenemos que las tendencias mundiales, caracterizadas hoy por la interdependencia y la globalización, deben conciliarse y adecuarse a nuestros particulares intereses como nación.

Así, no sólo el libre juego de la oferta y la demanda en el mercado puede garantizar el cumplimiento de nuestros legítimos objetivos de crecimiento y desarrollo económico y social, también es imprescindible la participación del Estado, pues éste no puede quedarse como un simple observador de economías estancadas o de masas críticas de pobreza que se expanden a riesgo de hacer peligrar la propia estabilidad nacional. Ello no quiere decir que el Estado puede gastar más allá de lo que efectivamente recauda ni que puede concertar préstamos hipotecando desaprensivamente a las generaciones futuras y por ello rechazamos por igual, dentro de estas orientaciones generales, el estatismo y el populismo.

Consideramos que la verdadera modernidad consiste en que el hombre asuma sus enormes posibilidades y sea capaz de superar las condiciones de pobreza y desigualdad; y, para ello los mecanismos del mercado siendo necesarios resultan insuficientes. Es necesaria la participación del Estado orientando y otorgando prioridades a la inversión social, que no debe entenderse ni como un subsidio a los más necesitados ni como una dádiva en el ejercicio de prácticas populistas, sino como un instrumento para generar igualdad de oportunidades.

Es responsabilidad del Estado garantizar que todos los niños y jóvenes del país tengan acceso a un sistema educativo nacional que asegure una oferta sustentada en principios humanistas con alta calificación técnica. Es decir, la sociedad justa que postulamos tiene la obligación de otorgar a todas las personas igualdad de condiciones y de oportunidades, especialmente en el plano de la educación, a fin de garantizar la formación de los ciudadanos que el país requiere.

Asimismo, afirmamos que es deber del Estado garantizar las condiciones de salud de la población nacional a través de políticas articuladas de salud pública con participación activa de agentes privados, dando énfasis a los aspectos preventivo y promocionales, haciendo un gran esfuerzo para el control de las enfermedades crónicas, sin descuidar los aspectos de la medicina recuperativa ni la incorporación de los instrumentos de alta tecnología que garanticen el óptimo desarrollo de la medicina más avanzada. De igual forma es responsabilidad del Estado el cuidado de la calidad de vida especialmente en lo que significa saneamiento ambiental e infraestructura básica.

SOLIDARIDAD NACIONAL se constituye como una agrupación política para transformar la realidad nacional, entendiendo que los partidos son vehículos para formar la cultura política de un pueblo, un canal indispensable para la difusión de los derechos individuales y colectivos y un lugar de encuentro entre las concepciones y proyectos de los ciudadanos.
Todo ello implica una nueva concepción de partido político entendido como una organización de servicio al ciudadano, que transfiere poder y no lo acumula, y que se constituye como un canal natural para la expresión de la voluntad política; por ello construimos un partido abierto a todas las ideas, que reciba la contribución de todos los ciudadanos y no sólo de sus militantes, aspirando a forjar una gran concertación nacional con todas las fuerzas democráticas, en la que mayoría y minorías confluyen planteándose retos que obligan a todos.

La política y los partidos políticos deben expresar las aspiraciones de los movimientos sociales en la perspectiva de metas globales de transformación del orden social; por ello postulamos construir una organización de ciudadanos y no sólo de electores, que busca transformar las relaciones entre el pueblo y el Estado para lograr que la política sea efectivamente representativa de las demandas sociales